Concebir la ecología como algo integrador que nos facilite la vida a cada instante es uno de los objetivos de la civilización de nuestros días.
Una casa de tierra con status, y algunos temas que se trataran como:
Introducción a la construcción ecológica. La tierra apisonada, el adobe. El suelo cemento. Arquitectos de la tierra: Wright, Le Corbusier, Predock, Cointeraux. Grenoble y el barrio de “La Luz”. Ensayos de rutina para calificar los suelos. Tamizado. Encofrados. Estabilizadores. Aglutinantes. Cimientos. Enlucidos. Combinaciones con madera. Techos vegetales. Otros materiales de bajo costo. Sistemas alternativos para la autoconstrucción. Pisos y cielo rasos.
La cultura del hombre es el resultado de una larga evolución que se remonta a nuestro mismo origen como especie. En este proceso la adaptación al medio ambiente fue siempre una constante y por cierto el refugio constituyó desde el principio un pilar en la supervivencia de los pueblos.
No es nuevo hablar de tierra como material básico para construir una vivienda. La historia registra ciudades enteras edificadas con ella pero el pensamiento ecológico actual ha potenciado sus prestaciones para, por una parte, mejorar la calidad de vida de los moradores y, por otro lado, acercar los costos y beneficios económicos y ambientales a una ecuación más coherentes para los seres humanos y la naturaleza.
El siguiente material le permitirá iniciarse en la “albañilería ecológica”. Creímos atinado comenzar el curso con esta temática. En definitiva, no podemos hablar de una casa ecológica si sus paredes no pertenecen a esta línea de pensamiento. Para ello los materiales que la conforman deben ser baratos, renovables, accesibles y con un bajo impacto en el ambiente.
Nuestro hombre de campaña heredó del gaucho su capacidad para construir viviendas con tierra.
En la pampa bonaerense (Argentina) la construcción con adobe es, ni más ni menos, lo mismo que hace el hornero (Furnarius rufus), el ave argentina por excelencia. Tenemos entendido que su nido, construido en un material compuesto por barro y pajitas, adquiere singular atractivo en los museos de todo el mundo. Los coleccionistas pueden, a veces, pagar altas cifras por conseguir una pieza como esta y mucho más si posee propiedad horizontal en dos o en tres pisos. En argentina como en brasil y uruguay nos resulta familiar verlo en los postes de teléfono o electricidad que flanquean las carreteras. Es una verdadera obra de arte de la naturaleza. Y el hombre, como resultado del ambiente en el que vive, al igual que el hornero, eligió los mismos materiales para construir su vivienda. Amasó para ello el barro y lo reforzó con estiércol o paja para resistir los esfuerzos de tracción, y lo dispuso de manera que con el pudiesen elaborarse muros.
Nació así el rancho bonaerense construidos con los únicos insumos asequibles en la llanura pampeana: la paja y el barro. El hombre de la pampa no imitó al hornero sino que, por el contrario, al vivir ambos en una misma bioregión tuvieron que aprovechar los mismos materiales para construir su morada. Buenos Aires se construyo, desde sus primeras épocas, íntegramente así. Pedro de Mendoza o Juan de Garay no disponían más que de tierra para dar albergue a sus conquistadores.
Luego vino la revolución de la energía barata, o más barata. Con ella era fácil acceder a una cantera y tras el trabajo duro en la mina proveer a los nuevos barrios de cemento, cal o hierro para elaborar ese gran descubrimiento de los romanos que se llama cemento armado.
La Argentina, a pesar de su tradición estrechamente vinculada a la tierra, encarriló sus diseños arquitectónicos en la ingeniería del concreto. Por ejemplo, Buenos Aires tuvo su primer edificio de varios pisos en lo que hoy es la galería Guemes cuyo subsuelo esta ocupado por el teatro Buenos Aires en plena calle Florida. El primer rascacielos fue el Cavanagh que aun, con su esbeltez en Catalinas Norte, asombra a los recién llegados que desembarcan en Retiro. Así comenzó Fortabat su sólida fortuna.
Los argentinos se volcaron dócilmente al cemento. Los constructores italianos y franceses ayudaron para que fuese el material elegido. La tierra cayo en el olvido y Olavarría se hizo famosa. Pero el fenómeno se ha dado en todo el mundo, a pesar de que el suelo, desde la prehistoria, fue un material omnipresente en iglesias, mezquitas, palacios, castillos y murallas como la china.
Desde ya hace algunos años organismos como la UNESCO, que proclaman las bondades de la tecnología intermedia, proponen la revalorización de este tipo de material a través de medidas como la declaración de Monumento Histórico de la Humanidad a ciudades enteras construidas en tierra como Ouro Preto en Brasil o Shibam en el Yemen Democrático. La cultura contemporánea, sin embargo, se ocupo de perfeccionar este material. Hubo pioneros que lo hicieron mas fuerte y sólido y desarrollaron un uso correcto para fines arquitectónicos. Es tan grande la diversidad idiosincrásica, que más de veinte técnicas tradicionales para construir con tierra. Sin embargo, existen dos grandes grupos: el adobe (cuyo origen lingüístico hay que buscarlo en el árabe) y la tierra apisonada. Ambos métodos hicieron uso hasta no hace mucho tiempo de tierra, agua y paja. Hoy se ha reemplazado esta ultima, que actúa como refuerzo, por un material estabilizador como el cemento que en un porcentaje del 2 al 4% evita que se resquebraje. El adobe se moldea en forma de bloques mientras que la tierra apisonada, como su denominación lo indica, se dispone con un pisón en el interior de encofrados móviles. Tanto en uno como en otro la moderna tecnología nos permite compactar la mezcla con mayor eficacia haciendo uso de prensas hidráulicas, en el primer caso, o de martillos neumáticos, en el segundo. Cuando secan, estos muros – que pierden el 10% de volumen- pueden revocarse y tratarse perfectamente con los métodos convencionales.
Con relación a las cualidades de los muros se debe destacar su alto aislamiento térmica y acústica, su resistencia y durabilidad y la rapidez con la que se levantan las paredes si se tienen los moldes adecuados.
La tierra sin lugar a dudas es una alternativa conveniente para la construcción de viviendas. En primer lugar evaluemos el costo y evidentemente no tiene rival dado que el precio de la tierra es nulo. Por otra parte, pensemos que si diseñamos la casa con un estanque para criar peces y reciclar el agua, pozos y cámaras para procesar líquidos y un sótano, que puede recubrirse perfectamente con este tipo de pared, obtendríamos la suficiente cantidad de tierra como para levantar todos los muros.
Los arquitectos de la tierra
Prestigiosos arquitectos como Francois Cointeraux, Frank Lloyd Wright y Le Corbusier fueron atraídos por el poderoso llamado de la tierra cruda.
Hace siglos que se construye con tierra y es poco lo que la historia ha rescatado de las técnicas utilizadas. En este sentido, el francés Francois Cointeraux (1740-1830) realizó un valioso trabajo para poner en valor la arquitectura de tierra. En pleno período de Las Luces, invento procesos para “estabilizar” la tierra con los que se construyeron durante décadas - en los cinco continentes -
fabricas, escuelas y edificios públicos. Aun pueden verse.
El siglo XX fue sin dudas un duro revés para la tierra. Además del cemento, los ladrillos cocidos fueron los responsables de la decadencia. Lo lamentable de estos últimos, por lo menos en Buenos Aires, fue que su elaboración requirió grandes cantidades de humus o tierra vegetal. Grandes “hornos de ladrillo” privaron al conurbano bonaerense de tierras ideales para el cultivo.
En Europa las dos guerras mundiales dieron como resultado periodos en que hubo un renacimiento de los proyectos arquitectónicos a partir de tierra. En los `20 y en los `40 Frank Lloyd Wright (1867-1959) originario de los Estados Unidos y Le Corbusier (1887- 1965) francés por supuesto y bien conocido por nosotros aquí, realizaron como genios de la arquitectura moderna, edificios de tierra.
En la misma época el belga Luyckx construye en Adrar, Argelia, un soberbio hospital y el egipcio Hasan Fathy rehabilita y actualiza en su país la construcción en tierra.
Pese a estas iniciativas, no hubo una transferencia verdadera de este material al ámbito de la construcción. La euforia económica de Occidente hacia que los países industrializados, y también del tercer mundo, adhirieran al estilo “internacional” basado en la economía de escala, en la producción masiva y en la eficaz, pero cara; tecnología pesada que, sin desmerecerla en su virtud, es una gran consumidora de energía y discriminadora social en sus alcances últimos.
Una anécdota interesante es la que nos toco presenciar en la administración provincial 87-91 en Buenos Aires. Un equipo de arquitectura social que integro nuestro amigo, el Arq. Edgardo Chacón, en la Cámara de Senadores, planteo un proyecto de construcción de viviendas integrales con suelo cemento.
Con muy poco dinero esta propuesta se llevó no solamente al papel y a la maqueta sino también a un prototipo que se emplazo en el pueblo de Ringuelet, cercano a la ciudad de La Plata. Curiosamente el poder ejecutivo no tuvo en cuenta esta solución y al termino del gobierno realizo una campaña en la que difundía como un logro la construcción de 35.000 viviendas convencionales. Si la iniciativa profesional del suelo cemento hubiese tenido posibilidades de financiación muchísimos más carecientes habrían accedido a una casa cómoda; ya que la diferencia de costos era casi cinco veces inferior con relación a los departamentos de los planes tradicionales. Buenos Aires es deficitaria en un millón de casas.
La espectacularidad de las obras del desarrollo “a cualquier precio” defraudó a los planificadores, estadistas y profesionales. En Europa, a comienzos de los años ́70; comenzó un entusiasmo irresistible por la construcción en suelo. Comenzó a concebirse esa posibilidad como una alternativa mas de la tecnología socialmente apropiada, Así grupos de trabajo como el Craterre, en Francia, han abordado el tema con el objetivo de lograr métodos operativos, confiables y económicos en función de la realidad contemporánea.
Ellos sostienen que con materiales del lugar es posible que quien decide el emprendimiento pueda realizarlo por si mismo, no deba importar insumos o usar excesiva energía y acceder a su futuro hogar con un gasto razonable. Esta es una verdadera alternativa para el tercer mundo que necesita con urgencia y por imperio de la supervivencia casas baratas y funcionales. Además haciendo uso de los materiales de la región que para un desarrollo sostenible es fundamental. Pero es necesario que las modernas tecnologías de utilización de la tierra se difundan para que cada región, con sus propios recursos humanos, económicos, culturales y naturales pueda pasar de las técnicas arcaicas a los sistemas de tratamiento apropiados.
Actualmente mas del 30% de la población en el mundo habita en casas de tierra. En los países del tercer mundo esta cifra se eleva al 50%. Cuanto antes se pongan a punto estas nuevas técnicas estaremos avanzando en el mejoramiento de la calidad de vida.
La Casa Ecológica: Volver al futuro
La CASA ECOLOGICA es más que una vivienda funcional. Es un modelo integrador de los recursos y de las energías. Lo funcional hace al confort y, en cambio, la armonía con el entorno es lo que condiciona la calidad de vida. La pantalla del televisor muestra una breve secuencia. Un hombre ingresa a un loft de características poco corrientes. Sus paredes están prácticamente vidriadas. El techo, casi transparente, lo protege de los rayos ultravioletas con una capa filtrante. Posee la magia de un invernadero, con temperatura y humedad agradable. Los muebles se entremezclan con la vegetación. Nuestro personaje se inclina sobre un bancal metálico y arranca un fruto tropical. El murmullo de las cintas de riego es imperceptible. El control automático prescinde de su atención. Afuera, solo la silueta del generador eólico da cuenta de los rigores del clima. Gracias a él la iluminación de la casa está asegurada. Enciende el mechero de su cocina. El gas proviene de un biodigestor. Llena la cafetera. El agua desciende por una cañería azulada desde un tanque repleto por la última lluvia. Un ingenioso sistema de filtro garantiza la pureza. Por un instante busca el cubo de residuos. Pero de inmediato sonríe, porque olvidó que tiene un procesador de lumbricompost al que arroja, despreocupado, el resto de la sabrosa guayaba. Sobreimpreso y con una voz en off se publicita una marca con un slogan ecológico.
¿Muestra esta propaganda imaginaria la casa del futuro? ¿Será este diseño, más cercano a la realidad, el que ocupe el lugar de las tantas utopías robotizadas? Sin duda que sí. ¿por qué se reunirían entonces los países desarrollados en Río de Janeiro para discutir, en el marco de Naciones Unidas, los grandes temas del medio ambiente, la tecnología apropiada y el desarrollo sostenible?
Los científicos y planificadores de todo el mundo están promoviendo una relación ecológica entre el hombre y su hábitat reemplazando la voracidad del consumo por la calidad de vida. Esto tiene mas relación con los sistemas que exhibe la naturaleza en su funcionamiento de autorregulación que con las definiciones tecnológicas de los desarrollos aislados. Contemplar la ecología como una herramienta para que la arquitectura cotidiana concilie con la realidad futura es el gran desafío de nuestro tiempo.
Hoy en día, utilizar recursos renovables para construir, como el suelo cemento, realizar una huerta orgánica, fabricar una antena parabólica, un calentador solar, un invernadero, un biodigestor o una planta potabilizadora domestica son solo algunos ejemplos de la apasionante tecnología apropiada.
No olvidemos que aunque nuestra casa sea pequeña o grande, siempre podemos transformarla, en mayor o menor medida, en un organismo autosuficiente y ecológico. Y esto no es nuevo. Nuestros ancestros usaban ya aljibes, hornos de alto rendimiento y todo tipo de herramientas y mecanismos ingeniosos que les permitía una supervivencia digna.
La CASA ECOLOGICA es más que una vivienda funcional. Es un modelo integrador de los recursos y de las energías. Lo funcional hace al confort y, en cambio, la armonía con el entorno es lo que condiciona la calidad de vida. La pantalla del televisor muestra una breve secuencia. Un hombre ingresa a un loft de características poco corrientes. Sus paredes están prácticamente vidriadas. El techo, casi transparente, lo protege de los rayos ultravioletas con una capa filtrante. Posee la magia de un invernadero, con temperatura y humedad agradable. Los muebles se entremezclan con la vegetación. Nuestro personaje se inclina sobre un bancal metálico y arranca un fruto tropical. El murmullo de las cintas de riego es imperceptible. El control automático prescinde de su atención. Afuera, solo la silueta del generador eólico da cuenta de los rigores del clima. Gracias a él la iluminación de la casa está asegurada. Enciende el mechero de su cocina. El gas proviene de un biodigestor. Llena la cafetera. El agua desciende por una cañería azulada desde un tanque repleto por la última lluvia. Un ingenioso sistema de filtro garantiza la pureza. Por un instante busca el cubo de residuos. Pero de inmediato sonríe, porque olvidó que tiene un procesador de lumbricompost al que arroja, despreocupado, el resto de la sabrosa guayaba. Sobreimpreso y con una voz en off se publicita una marca con un slogan ecológico.
¿Muestra esta propaganda imaginaria la casa del futuro? ¿Será este diseño, más cercano a la realidad, el que ocupe el lugar de las tantas utopías robotizadas? Sin duda que sí. ¿por qué se reunirían entonces los países desarrollados en Río de Janeiro para discutir, en el marco de Naciones Unidas, los grandes temas del medio ambiente, la tecnología apropiada y el desarrollo sostenible?
Los científicos y planificadores de todo el mundo están promoviendo una relación ecológica entre el hombre y su hábitat reemplazando la voracidad del consumo por la calidad de vida. Esto tiene mas relación con los sistemas que exhibe la naturaleza en su funcionamiento de autorregulación que con las definiciones tecnológicas de los desarrollos aislados. Contemplar la ecología como una herramienta para que la arquitectura cotidiana concilie con la realidad futura es el gran desafío de nuestro tiempo.
Hoy en día, utilizar recursos renovables para construir, como el suelo cemento, realizar una huerta orgánica, fabricar una antena parabólica, un calentador solar, un invernadero, un biodigestor o una planta potabilizadora domestica son solo algunos ejemplos de la apasionante tecnología apropiada.
No olvidemos que aunque nuestra casa sea pequeña o grande, siempre podemos transformarla, en mayor o menor medida, en un organismo autosuficiente y ecológico. Y esto no es nuevo. Nuestros ancestros usaban ya aljibes, hornos de alto rendimiento y todo tipo de herramientas y mecanismos ingeniosos que les permitía una supervivencia digna.
La elección del lugar donde construir una casa de tierra
Gracias al suelo cemento es posible construir una casa sin preocuparse por la zona o el clima
Antes de la aplicación del cemento como estabilizador, la construcción con tierra apisonada simple requería, además de un suelo apropiado, un clima seco con lluvias y tormentas escasas para evitar la excesiva erosión de los muros. El uso del suelo cemento amplió sus posibilidades a prácticamente cualquier región. Hace que no sea necesaria una impermeabilización posterior. Dicho en otras palabras, el revoque es optativo. Con todo, la tierra apisonada simple puede utilizarse en climas hostiles, pero requerirá periódicas tareas de mantenimiento, amplios aleros (de 50 cm de ancho) y otros cuidados para atenuar el desgaste de los muros.
De todos modos, al cabo de un tiempo los muros se irán endureciendo y la erosión será menor y hasta vistosa. La congelación y las heladas pueden hacer dificultosa la tarea del amasado pero una vez seco el material no tendrá problemas.
Cuando se rellena el encofrado se coloca suelo cemento en el exterior del muro con un espesor de 8 cm y tierra suelta en el interior. Todo se apisona como se hace corrientemente. El Cob brinda protección contra las lluvias. En todas las mochetas y en los antepechos de las aberturas se usa suelo cemento porque es más fuerte (ver figura).
La elección del lugar donde se va a edificar una casa de tierra no es un hecho menor, ya que esta es económica sólo en zonas rurales o suburbanas que dispongan de suficiente terreno para extraer suelo. La razón es el alto costo del transporte de tierra. En caso de disponer poco espacio, el cavado de un sótano proveerá de tierra suficiente, pero habrá que considerar los materiales que este demandará para que resulte a prueba de humedad. Otro argumento para elegir zonas menos urbanizadas es que los códigos de edificación – en buena parte meras trabas burocráticas- suelen ser menos rigurosos. Así puede ocurrir que en la metrópoli no se contemple la construcción con suelo cemento o tierra apisonada mientras que en el interior se aliente su adopción en planes oficiales de vivienda.
La tosquedad de los materiales empleados en la arquitectura de tierra no significa que se la tome a la ligera. El constructor deberá tener cierta habilidad manual y conocimientos de albañilería antes de lanzarse a esta empresa donde no puede faltar el asesoramiento profesional, planos y permisos municipales. Aún así, el ahorro en los materiales será significativo. Por otro lado, el carácter rústico de la construcción hace más atractivo y natural el uso de aberturas recicladas y pisos de suelo cemento como los que pudimos apreciar en la Ecovilla de Navarro (Argentina) donde se maneja el Cob con maestría.
A nuestros alumnos les recomendamos comenzar a familiarizarse con el material haciendo primero los distintos ensayos de materiales y luego fabricando algunos bloques. El segundo paso será construir una cucha para el perro o un pequeño gallinero. El techo deberá ser de chapa de zinc u otro material liviano. Mas adelante con una información más completa, y con la asistencia de un albañil calificado, se podrá encarar, por ejemplo, un gabinete para herramientas, donde emplear suficiente material para levantar un muro de dimensiones reducidas y colocar un marco para una puerta, vigas, ventana, etc. Anthony F Merrill sugiere, antes de lanzarse a construir una casa, experimentar con un diseño similar al granero de Tom Hibben, un pionero de la construcción de tierra en Birminghan, Alabama. Se logra uniendo los pilares de tierra con chapa ondulada y rematado por un techo del mismo material (ver figura). Merill sentencia para alentar a los legos: “La diferencia entre los conocimientos necesarios para construir una casa con mampostería y una con tierra no es muy grande, pero sí lo suficiente como para impedir que el aficionado construya con ladrillos, en tanto que puede hacerlo con todo éxito empleando tierra apisonada”:
La mayoría de las personas no tienen muchas posibilidades para elegir la región o el mejor lugar para construir su vivienda. La población aumenta de manera sostenida y la degradación del medio ambiente por la acción del hombre, que provoca inundaciones en un lugar y desertización en otro, hace que el espacio disponible para un hábitat digno sea aún menor y cada vez más costoso.
Muchos de las dificultades que puede ofrecer un terreno conflictivo pueden atenuarse si se dispone de información y un poco de ingenio para resolver cada escollo. Estos casos particulares serán tratados oportunamente. Por ahora veamos cuales deben ser las condiciones básicas que debe reunir un terreno para edificar una vivienda segura y confortable. Sin dudas debe ser seco, firme y plano. Conviene que esté un poco más elevado que el terreno circundante y no muy próximo a pantanos, ríos o el mar. Las zonas bajas, con mucha pendiente o donde se efectuaron rellenos o depósitos de basura, deben evitarse.
Por razones económicas y de calidad de vida, el campo es un buen lugar para vivir, pero cerciórese antes de construir si las autoridades tienen previsto hacer ensanches de caminos, terraplenes o instalación de torres de alta tensión que lo afecten en el futuro. Podría haber árboles plantados o construcciones preexistentes que considerar, como también instalaciones futuras como galpones, huerto, gallinero, etc. Si va a construir en una zona urbana, antes de planificar nada vaya al municipio para que le informe sobre los parámetros que tendrá que respetar y los límites reales de su terreno. Le indicarán cual es el porcentaje de ocupación del suelo permitido con relación a su superficie total, y cómo manejarse con el espinoso tema de las medianeras, típica fuente de conflicto con los vecinos.
Una buena orientación de la vivienda con relación al sol y los vientos es muy importante para el bienestar de los moradores le ayudará a ahorrar energía. El sol deberá llegar a todas los recintos de la casa, en especial a los dormitorios durante la mañana (oriente). El sol de la tarde (poniente) es ideal para la sala de estar y el comedor, aunque puede resultar un poco caluroso en verano, Sin embargo, esto puede ser regulado con un alero con una inclinación que impida la entrada del sol más alto del verano, y permita ingresar los rayos de sol más inclinados en el invierno. En el hemisferio sur, las ventanas que se orienten en esta dirección no tendrán sol y los muros son más húmedos. En cuanto a los vientos, sus características y orientaciones dominantes difieren en cada región.
Aprovechamos para comentar a los alumnos de nuestro curso on line dos cosas: Aunque todo el material ofrecido hasta el presente está orientado a la construcción con tierra apisonada, es igualmente útil para la fabricación de bloques. Esta modalidad la veremos en un artículo aparte, ya que tiene algunas particularidades en cuanto a la preparación de la mezcla y el uso de moldes y máquinas manuales. Vale asimismo hacer una aclaración: Hemos usado indistintamente la expresión tierra apisonada y adobe, aunque por lo general el término adobe se usa para referirse a los bloques de tierra individuales. Nos pareció que era mejor usar la palabra adobe dado que para el común de la gente “adobe” se asocia más fácilmente a casa de tierra. Cuando llegue el momento de tratar el tema de los bloques, hablaremos de manera más específica. Por otra parte, considerando que ofrecemos un curso general sobre autosuficiencia, no profundizaremos, por el momento, los detalles constructivos. Estos se verán al finalizar el curso, cuando el alumno tenga una visión integral de la casa ecológica.
Gracias al suelo cemento es posible construir una casa sin preocuparse por la zona o el clima
Antes de la aplicación del cemento como estabilizador, la construcción con tierra apisonada simple requería, además de un suelo apropiado, un clima seco con lluvias y tormentas escasas para evitar la excesiva erosión de los muros. El uso del suelo cemento amplió sus posibilidades a prácticamente cualquier región. Hace que no sea necesaria una impermeabilización posterior. Dicho en otras palabras, el revoque es optativo. Con todo, la tierra apisonada simple puede utilizarse en climas hostiles, pero requerirá periódicas tareas de mantenimiento, amplios aleros (de 50 cm de ancho) y otros cuidados para atenuar el desgaste de los muros.
De todos modos, al cabo de un tiempo los muros se irán endureciendo y la erosión será menor y hasta vistosa. La congelación y las heladas pueden hacer dificultosa la tarea del amasado pero una vez seco el material no tendrá problemas.
Cuando se rellena el encofrado se coloca suelo cemento en el exterior del muro con un espesor de 8 cm y tierra suelta en el interior. Todo se apisona como se hace corrientemente. El Cob brinda protección contra las lluvias. En todas las mochetas y en los antepechos de las aberturas se usa suelo cemento porque es más fuerte (ver figura).
La elección del lugar donde se va a edificar una casa de tierra no es un hecho menor, ya que esta es económica sólo en zonas rurales o suburbanas que dispongan de suficiente terreno para extraer suelo. La razón es el alto costo del transporte de tierra. En caso de disponer poco espacio, el cavado de un sótano proveerá de tierra suficiente, pero habrá que considerar los materiales que este demandará para que resulte a prueba de humedad. Otro argumento para elegir zonas menos urbanizadas es que los códigos de edificación – en buena parte meras trabas burocráticas- suelen ser menos rigurosos. Así puede ocurrir que en la metrópoli no se contemple la construcción con suelo cemento o tierra apisonada mientras que en el interior se aliente su adopción en planes oficiales de vivienda.
La tosquedad de los materiales empleados en la arquitectura de tierra no significa que se la tome a la ligera. El constructor deberá tener cierta habilidad manual y conocimientos de albañilería antes de lanzarse a esta empresa donde no puede faltar el asesoramiento profesional, planos y permisos municipales. Aún así, el ahorro en los materiales será significativo. Por otro lado, el carácter rústico de la construcción hace más atractivo y natural el uso de aberturas recicladas y pisos de suelo cemento como los que pudimos apreciar en la Ecovilla de Navarro (Argentina) donde se maneja el Cob con maestría.
A nuestros alumnos les recomendamos comenzar a familiarizarse con el material haciendo primero los distintos ensayos de materiales y luego fabricando algunos bloques. El segundo paso será construir una cucha para el perro o un pequeño gallinero. El techo deberá ser de chapa de zinc u otro material liviano. Mas adelante con una información más completa, y con la asistencia de un albañil calificado, se podrá encarar, por ejemplo, un gabinete para herramientas, donde emplear suficiente material para levantar un muro de dimensiones reducidas y colocar un marco para una puerta, vigas, ventana, etc. Anthony F Merrill sugiere, antes de lanzarse a construir una casa, experimentar con un diseño similar al granero de Tom Hibben, un pionero de la construcción de tierra en Birminghan, Alabama. Se logra uniendo los pilares de tierra con chapa ondulada y rematado por un techo del mismo material (ver figura). Merill sentencia para alentar a los legos: “La diferencia entre los conocimientos necesarios para construir una casa con mampostería y una con tierra no es muy grande, pero sí lo suficiente como para impedir que el aficionado construya con ladrillos, en tanto que puede hacerlo con todo éxito empleando tierra apisonada”:
La mayoría de las personas no tienen muchas posibilidades para elegir la región o el mejor lugar para construir su vivienda. La población aumenta de manera sostenida y la degradación del medio ambiente por la acción del hombre, que provoca inundaciones en un lugar y desertización en otro, hace que el espacio disponible para un hábitat digno sea aún menor y cada vez más costoso.
Muchos de las dificultades que puede ofrecer un terreno conflictivo pueden atenuarse si se dispone de información y un poco de ingenio para resolver cada escollo. Estos casos particulares serán tratados oportunamente. Por ahora veamos cuales deben ser las condiciones básicas que debe reunir un terreno para edificar una vivienda segura y confortable. Sin dudas debe ser seco, firme y plano. Conviene que esté un poco más elevado que el terreno circundante y no muy próximo a pantanos, ríos o el mar. Las zonas bajas, con mucha pendiente o donde se efectuaron rellenos o depósitos de basura, deben evitarse.
Por razones económicas y de calidad de vida, el campo es un buen lugar para vivir, pero cerciórese antes de construir si las autoridades tienen previsto hacer ensanches de caminos, terraplenes o instalación de torres de alta tensión que lo afecten en el futuro. Podría haber árboles plantados o construcciones preexistentes que considerar, como también instalaciones futuras como galpones, huerto, gallinero, etc. Si va a construir en una zona urbana, antes de planificar nada vaya al municipio para que le informe sobre los parámetros que tendrá que respetar y los límites reales de su terreno. Le indicarán cual es el porcentaje de ocupación del suelo permitido con relación a su superficie total, y cómo manejarse con el espinoso tema de las medianeras, típica fuente de conflicto con los vecinos.
Una buena orientación de la vivienda con relación al sol y los vientos es muy importante para el bienestar de los moradores le ayudará a ahorrar energía. El sol deberá llegar a todas los recintos de la casa, en especial a los dormitorios durante la mañana (oriente). El sol de la tarde (poniente) es ideal para la sala de estar y el comedor, aunque puede resultar un poco caluroso en verano, Sin embargo, esto puede ser regulado con un alero con una inclinación que impida la entrada del sol más alto del verano, y permita ingresar los rayos de sol más inclinados en el invierno. En el hemisferio sur, las ventanas que se orienten en esta dirección no tendrán sol y los muros son más húmedos. En cuanto a los vientos, sus características y orientaciones dominantes difieren en cada región.
Aprovechamos para comentar a los alumnos de nuestro curso on line dos cosas: Aunque todo el material ofrecido hasta el presente está orientado a la construcción con tierra apisonada, es igualmente útil para la fabricación de bloques. Esta modalidad la veremos en un artículo aparte, ya que tiene algunas particularidades en cuanto a la preparación de la mezcla y el uso de moldes y máquinas manuales. Vale asimismo hacer una aclaración: Hemos usado indistintamente la expresión tierra apisonada y adobe, aunque por lo general el término adobe se usa para referirse a los bloques de tierra individuales. Nos pareció que era mejor usar la palabra adobe dado que para el común de la gente “adobe” se asocia más fácilmente a casa de tierra. Cuando llegue el momento de tratar el tema de los bloques, hablaremos de manera más específica. Por otra parte, considerando que ofrecemos un curso general sobre autosuficiencia, no profundizaremos, por el momento, los detalles constructivos. Estos se verán al finalizar el curso, cuando el alumno tenga una visión integral de la casa ecológica.
El conocimiento del material para la fabricación de adobe es muy importante para obtener resultados satisfactorios y duraderos. Casi todas las tierras son aprovechables si se hacen las correcciones necesarias.
La preparación del adobe es una tarea tan grata y noble como la de amasar nuestro propio pan.
Pasos:
1- Cavar a 30 cm. Apartar esta tierra. (ver imagen)
2- Remover con la pala tierra del fondo para desmenuzarla. Agrega paja, agua y remover dos veces por día durante una semana. (ver imagen)
3- Una vez que se determinó que la tierra posee una correcta proporción de arena, limo y arcilla, ya está lista para ser utilizada.
Sólo queda comprobar que tenga una adecuada humedad resultando, entonces, fácil su manejo. Para ello se deberá tomar un puñado y comprimirla con una sola mano. A continuación se deja secar al sol si escurre o moja la mano. Si por el contrario se desmorona hay que regarla. Cuando no escurra ni se desmorone, está lista para ser apisonada. (ver imagen)
La construcción de muros de adobe
Con ayuda de moldes y como quien modela una vasija de arcilla, es posible levantar los muros de nuestro hogar.
Se debe contar con moldes de madera, ferrocemento, chapa o plástico en una medida aproximada a los 2.50 metros por 1. Deben ser lo suficientemente rígidos como para que cuando se vuelque la mezcla en su interior no se flexione. Para ello hay que apuntalarlos por los costados y además unirlos en los extremos.
Para comprimir la mezcla se puede usar un pisón con un mango de un metro aproximadamente y una base cuadrada no tan ancha como el espesor de la pared ( de 25 a 45 cm.).
A los moldes es conveniente remojarlos periódicamente mientras dure el llenado. Cuando se finalice se movilizan las matrices y se continua en el largo o en el alto.
Cuando sea necesario se podrán disponer vigas y columnas para estructurar mas los recintos y especialmente cuando se piense en un techo de cemento. Para concluir el trabajo se puede revocar el muro con arena, cal o yeso.
Esta descripción corresponde a un muro de tierra compactada. Si se desea mas consistencia en la mezcla se puede recurrir a refuerzos orgánicos (vegetales) o inorgánicos o a una mezcla con suelo cemento.
Uso de aglomerantes para adobe
Los aglomerantes o aglutinantes son aditivos que mezclados con la tierra y el agua ayudan a unir entre sí las distintas partículas.
Uso de estabilizadores para la construcción con tierra
Casi cualquier suelo se puede utilizar para construir si se le agregan sustancias llamadas estabilizadores. Lo importante es elegir el más adecuado.
Los estabilizadores cumplen tres funciones: 1) Unir las partículas del material para que los muros sean más resistentes 2) impermeabilizar 3) Hacer que muros y bloques soporten mejor la contracción y dilatación a la que se verán sometidos. Por lo general los estabilizadores pueden cumplir con una o dos de estas funciones, por eso se suelen utilizar combinados.
Dado que hay una gran variedad de suelos y de materiales disponibles para usar como estabilizadores, depende del constructor ir haciendo ensayos hasta conseguir la combinación correcta. Hay una lista de materiales probados eficazmente durante siglos y otros que se emplean en algunas zonas pero cuyos resultados no están todavía bien documentados.
Para que un estabilizador actúe bien la tierra debe estar bien mezclada para que todas sus partículas entren en contacto.
Se deben hacer bloque de ensayo para obtener la combinación más conveniente.
Cuando se realiza la prueba, la temperatura ambiente no debe ser muy baja.
Probar con la cantidad más baja de estabilizador necesaria para lograr el resultado deseado. Más puede ser menos. Tenga en cuenta que con pequeñas cantidades de prueba es más fácil de trabajar, pero cuando llegue el momento de preparar el material quizá requiera agregar un poco más de estabilizador (excepto cemento).
Se debe tener en cuenta el clima, dado que hay estabilizadores para zonas áridas y otros para climas húmedos o lluviosos. Cuando se usa cal como estabilizador se requiere un poco más de agua durante el amasado.
Tenga en cuenta que algunos estabilizadores requieren un tiempo de reposo antes de aplicar a la construcción. Cuando se hacen bloques estabilizados con cemento y cal deben fraguar húmedos durante una semana para aumentar su resistencia.
Ensayo de materiales para fabricar adobe
Con sencillas pruebas de campo se puede evaluar la adecuada composición de la tierra para fabricar adobe.
No todo suelo es aceptable para ser usado en la fabricación de adobe y tierra apisonada. Para hacer un análisis a priori sugerimos un método previo con dos ensayos. Ambos apuntan a la composición de la tierra del suelo de los tres componentes más importantes: Limo, arcilla y arena. El primer ensayo, el de sedimentación, nos da una idea de la proporción de cada uno de los componentes. El segundo ensayo, el del cilindro, permite determinar de una manera sencilla si la tierra es apta o si tiene un exceso de arcilla o de arena, Si fuera así, no hay problema. Basta con agregar arena si la tierra es muy arcillosa o arcilla si es muy
arenosa. La arena puede provenir de un corralón de materiales de construcción y la arcilla del propio terreno, se la extrae cavando aparte un pozo de mayor profundidad hasta que aparezca un material de color rojizo-castaño.
Cuando decimos que hay cavar a 30 cm (para retirar la capa de tierra con alto contenido de materia orgánica en descomposición), suponemos un suelo de pradera típico. Pero en un terreno erosionado la capa es menor, y por lo tanto habrá que profundizar menos. Mientras que en algunos suelos fértiles como los de la Pampa húmeda de la Argentina, la capa de humus puede alcanzar el metro de espesor, por lo tanto habrá que cavar más.
El suelo cemento no es otra cosa que tierra apisonada a la que se le ha agregado una pequeña cantidad de cemento, alrededor del 10%. El cemento le aporta a la tierra un aumento de su resistencia y una reducción de la contracción.
Según como se mire, al suelo cemento se lo puede considerar como una tierra apisonada resistente o como un hormigón débil. En los ’40 surge un gran interés por esta técnica constructiva, en especial a partir de las viviendas construidas en Lawrence, Kansas, en 1942. Algunos de estos edificios se levantaron con muros compactos o con bloques fabricados a mano o con unas sencillas máquinas de autoconstrucción. Ese mismo año la Portland Cement Association (PCA) realizó un profundo estudio de los usos y propiedades del suelo cemento. Este trabajo es todo un clásico en la materia y sigue siendo uno de los mejores materiales de consulta.
La PCA buscó determinar cuál era la mejor proporción de cemento para preparar las mezclas y cómo resolver los distintos problemas que podrían presentarse. De los miles de experimentos realizados para comprobar la resistencia del material terminado y una media docena de propiedades físicas del suelo cemento, es particularmente interesante la relativa al aislamiento térmico. La PCA descubrió que Una pared de 20 cm de espesor de suelo cemento equivale a una pared de ladrillos de 30 cm de espesor. Sin embargo, hacer muros más gruesos no es el camino para aumentar el aislamiento térmico en zonas muy frías, ya que el valor aislante decrece a medida que aumenta la densidad de la tierra apisonada. Lo mejor en este caso es construir muros con paredes dobles dejando una cámara de aire en el centro.
La tierra aunque no posee una gran capacidad de aislamiento tiene una característica interesante: El calor no pasa por los muros de tierra con tanta rapidez como lo hace con otros materiales de construcción de uso común. Esto da como resultado que la casa se mantiene notablemente fresca durante el día. Lógicamente, los muros también tardarán más en enfriarse durante la noche. Pero a los moradores de la casa esto parece afectarle menos que tener que soportar altas temperaturas durante el día. Esta inercia térmica puede contrarrestarse si la casa tiene ventanas enfrentadas que permitan una buena circulación del aire más fresco de la noche. Por otra parte, en los climas donde hay una drástica diferencia de temperatura entre el día y la noche, el problema no existe, tan como puede comprobarse en las casas de tierra en la ciudad de Shibam (Yemen), en Egipto o Nuevo México.
El Instituto del Cemento Portland Argentino tiene una serie de recomendaciones de lectura obligada para quienes quieran trabajar con este material. Es importante saber que el suelo cemento tiene baja resistencia a la flexión, a la tracción y el corte en seco por lo que no debe ser sometida a cargas excéntricas como las que se presentan en el apoyo de dinteles pesados. Por eso, para las aberturas se aconseja la construcción de dinteles de hormigón armado.
El suelo cemento es resistente a la humedad, y por lo general bastará una lechada de cemento portland como terminación de las paredes para conferirle una considerable protección. En zonas más inclementes será necesario un revoque exterior y un alero con suficiente vuelo para evitar una excesiva exposición a las lluvias. El peso del suelo cemento varía, de acuerdo al tipo de tierra entre 1500 y 2000 kg por metro cúbico.
Composición de la mezcla
La combinación ideal es:
70-80% de arena
20 a 30% de limo
5 a 10% de arcilla.
Los suelos arenosos requieren agregar más cemento y a los arcillosos hay que agregarle arena. Los suelos limosos con un 50 % de arena se estabilizan con un 10% de cemento.
La humedad debe ser similar a la que tenía el suelo antes de ser excavado, entre el 8 y 16%. Una forma práctica de comprobarlo es apretar una porción de material en la mano. Debe cohesionarse sin ensuciar la palma de la mano y se puede partir en dos.
Selección y preparación de la tierra
Los ensayos y la selección de la tierra para preparar suelo cemento es la misma que para otras tierras apisonadas simples, pero se debe tener especial cuidado de que la tierra esté bien pulverizada para que se ponga en contacto con el cemento. De lo contrario, quedarán terrones sin mezclar debilitando la construcción o que se lavarán con las lluvias de encontrarse en la parte externa del
muro.
Los terrones se pueden romper con medios mecánicos simples como un rastrillo de huerta, o mecánicos como una rastra a disco. Si el resultado no fuera completo se puede pasar la tierra por una zaranda con malla de 18 milímetros de paso.
Para mezclar lo mejor es una hormigonera, sino hay un procedimiento muy simple: se calculan las proporciones de tierra y cemento, se colocan en seco en una sola pila y con una pala se va extrayendo el material armando una nueva pila. Se repite hasta que el cemento le otorgue a la mezcla un color uniforme.
En cuanto al porcentaje de cemento puede oscilar entre el 6 y 10 % del volumen total de la mezcla compactada (ver más adelante mezclado del suelo cemento). Se aconseja por razones de economía, seguridad y experiencia, preparar algunos bloques para realizar ensayos de resistencia con cemento al 6, 8 y 10%. Los bloques pueden tener un tamaño de 15 X 30 X 35 cm. Sólo a los efectos del ensayo, se somete los bloques a un curado húmedo (cubiertos con una arpillera mojada) durante una semana,
descubiertos a la sombra durante 15 días y a pleno sol por otra semana. Durante todo este tiempo hay que proteger los bloques de
la lluvia para que los resultados del ensayo puedan ser comparables con otros.
Finalizada esta etapa viene la prueba propiamente dicha. Para ello se sumergen en agua los bloques unas tres horas y se dejan secar un poco. Se comienza a ensayar con el bloque con 6% de cemento. Primero se observa si se han producido rajaduras o descortezamientos importantes en el bloque (si fuera así queda descartado). Luego, se golpea el bloque con pica hielo de punta afilada (no tiene que penetrar más de 6 mm. Por último, se rompe el bloque por la mitad. Si se disgrega el bloque no es apto. Si el bloque no pasa la prueba se continua con el siguiente hasta encontrar un resultado satisfactorio.
Mezclado del suelo cemento
La proporción de cemento mide con relación al volumen total de los muros terminados (en fresco), y no según el volumen de la tierra suelta. Para cumplir con este requerimiento y facilitar el trabajo de medición, se calcula que cantidad de tierra se necesita, por ejemplo, para preparar un metro cúbico de material; esto determinará las proporciones futuras. Dado que el cemento ocupa una pequeña parte del total no se tendrá en cuenta. Supongamos que se necesitan 30 medidas de tierra para que una vez mezclada con el agua y apisonada dé cómo resultado un material como para llenar un recipiente del tamaño de un cajón de frutas.
Se cuentan cuantas medidas se pueden llenar con el material terminado. Supongamos para redondear que fueran 25 medidas, para fabricar suelo cemento con el 10% de cemento se requerirán 2 ½ medidas de cemento por cada 30 de tierra suelta. De aquí en más esta será la proporción que se empleará (en el caso de cemento al 10%).
La preparación de la mezcla para levantar las paredes se hará con una hormigonera o traspasando de una pila de componente a otra, tal como se explicó antes. Conviene preparar sólo lo que se va a apisonar para no desperdiciar material. Si hubiera una demora se puede posponer un poco el fraguado moviendo la mezcla – ya húmeda- con la pala, pero si la demora fuera de algunas horas, el cemento pierde efectividad, por lo que habrá que volverle a ponerle nuevamente cemento en la misma proporción elegida.
Apisonado y curado de los muros
Los muros de suelo cemento se apisonan de la misma forma que los de tierra simple, pero deben mantenerse húmedos por lo menos una semana, ya que, al igual que el hormigón, requieren no estar completamente secos antes de que complete su curado para evitar que un secado rápido produzca resquebrajadura o desmoronamientos a causa de la contracción. Para ello se moja dos o más veces por día (según la temperatura) con una manguera con un aspersor de lluvia fina. Como es poco probable terminar un
muro en un día, cuando se continúa el trabajo sobre una sección incompleta debe mojarse su superficie y rasparla con rastrillo o garra de jardinería para romper la capa seca.
Cómo rebocar con barro
Revocar con barro se parece más a un juego de niños que un trabajo.
Fije a la pared, verticalmente, listones de madera del espesor que se le desea dar al revoque (ubíquelos a una distancia conveniente que le permita, mas tarde, deslizar sobre ellos una regla para alisar el material).
1- Amase una pequeña cantidad de barro en la mano.
2- Cargue el espacio entre los dos listones arrojando el barro (con fuerza pero no excesiva).
3- Arrójelo de arriba hacia abajo - salvo, por supuesto, en la parte superior donde no queda otro remedio que hacerlos de abajo hacia arriba.
4- Comience por la parte de inferior de la pared continuando hacia arriba; y desde los rincones al centro.
5- Al día siguiente, cuando la primera capa este firme, colocar una segunda y una tercera capa.
6- La terminación se hace pasando una regla de madera apoyada, a cada lado, sobre los listones verticales. De abajo hacia arriba.
7- Las esquinas se terminan a mano.
ADOBE Y TIERRA APISONADA
construcción de una caseta de herramientas: piso y techo
Para realizar una práctica a pequeña escala de construcción con tierra (o adobe) proponemos un pequeño depósito para proteger herramientas.-
EL PISO Pasada una semana del terminado de los cimientos ya estamos listos para encarar la tarea de rellenado, apisonado y acabado del piso.
Los materiales que se pueden emplear para esta función son varios y dependen de las posibilidades económicas. Los hay de suelo compactado, concreto, madera y también bambú. Aquí abordaremos el piso de suelo estabilizado o compactado.
La primer etapa consiste en el relleno de la superficie que ocupará el piso; este relleno nos servirá de base estable para soportar nuevas capas de material sin que se hunda, fisure o quiebre. A los efectos de que su estructura sea firme pero que no nos consuma cemento, este relleno se hace con una mezcla de tierra y ripio. La tierra puede ser la misma que sacamos al escarbar siempre y cuando no sea muy arcillosa pues esta se contrae al secarse y puede hacer frágil el soporte. Si no hubiera otra alternativa, se la mezcla con arena en una relación 2 a 1. También hay que evitar la tierra de la capa superior porque suele tener pasto.
Las proporciones sugeridas de la mezcla para el suelo estabilizado son de 10 partes de tierra, 2 de ripio o grava, 1 de cemento y 1 de agua.
Este material se distribuye alcanzando una altura de 10 a 15 centímetros y luego se lo apisona bien.
La herramienta empalada para esta actividad es un pisón que puede ser construido por nosotros mismos empleando una lata metálica de no más de 5 litros a la que la llenamos de mezcla de cemento e introducimos un palo o listón de 1,20 metros con clavos atravesados en la punta para que hagan de traba después del fraguado.
Apisone fuertemente la primer capa, riéguela y repita la operación hasta conseguir una altura de 10 centímetros aproximadamente, ponga una capa de ripio de 3 a 5 centímetros y vuelva a apisonar. Luego eche la ultima capa de tierra estabilizada coloque las instalaciones de agua o desagüe que correspondan y repita la operación de apisonamiento.
Así puede quedar el piso terminado o preparado para colocarle baldosas, mezcla de concreto o ladrillos.
Si quisiéramos mejorar el aislamiento del piso contra el calor o el frío del suelo, se puede hacer que el piso tenga huecos por donde circule el aire o este haga de aislante. Estos canales interiores se pueden hacer con caños del drenaje o ladrillos huecos a los que luego se los cubre con una capa fina de concreto. EL TECHO En esta estructura de iniciación, el techo que proponemos es inclinado y se soportará sobre el perímetro de las paredes. Este alero se puede armar con planchas de fibro-cemento que poseen buenas propiedades térmicas y son de bajo costo. La inclinación evitará que el agua de lluvia quede acumulada en su superficie.
Si la zona donde hacemos esta construcción es lluviosa, conviene prolongar el alero para proteger la entrada. En este caso hay que poner dos o tres vigas para que se apoyen las láminas ya que si las dejamos sin soporte, las mismas se rompen con el viento.
Durante la construcción de la armadura de estos techos hay que tener cuidado de que los travesaños y las tiras sean rectos y colocados a nivel para evitar problemas posteriores cuando se quiera mejorar la aislación con tejas u otro material.
En el caso de que se quiera captar el agua de lluvia, se puede clavar una canaleta a los travesaños de la estructura del techo. Esta canaleta la podemos hacer con tres tablas clavadas.
CIMIENTO DE CONCRETO
para construir con tierra apisonada
Experimentar con la construcción de una pequeña caseta de herramientas puede ayudar a adquirir confianza y destreza para lanzarse a un proyecto de mayor escala.
En la unidad 1.14 comentamos que antes de tomar la decisión de edificar una vivienda de tierra, lo recomendable era completar el curso para tener una visión general de la casa ecológica. También decíamos que se va a editar una guía complementaria (la unidad 18) para los temas específicamente constructivos. Mientras tanto, no estaría mal realizar alguna experiencia a pequeña escala, como construir una caseta de herramientas (de 1,50 por 1,50 m) que le ayudará a familiarizarse con materiales y procedimientos
básicos de albañilería.
La fundación o cimiento, es la base sobre la que va apoyada y anclada la construcción y que queda enterrada en el suelo. El cimiento soporta el peso de los muros y techos como también sus movimientos evitando que se dañen.
Para el armado del cimiento hay varias alternativas como piedras, pilotes suelo cemento, etc., pero sugerimos en este caso animarse a experimentar con concreto (hormigón). Al tratarse de una obra de poco tamaño, una eventual equivocación no acarreará consecuencias serias y será poco lo que gastará de más.
Una vez que haya elegido el lugar donde construir la caseta, habrá que despejar el terreno de piedras, arbustos y malezas en un perímetro de 2 x2 m. Luego, si hace falta, se emparejará el terreno para que quede lo más plano posible y a nivel.
Las zanjas para el cimiento se trazan con la ayuda de pequeños caballetes hechos con tablas o palos formando un cuadrado de 2x 2m. En los caballetes (bien afirmados al suelo) irán unos clavos (a 30 cm de distancia uno de otro), con los que se tensan las cuerdas que delimitarán el perímetro interno y externo de la excavación. Se colocan dos cuerdas por lado, en forma paralela y en escuadra. (ver figura). Para marcar los límites en el suelo, se coloca cal en un recipiente y se la va dejando caer siguiendo el contorno de las cuerdas. Antes de cavar, se sueltan las cuerdas, pero sin desmontar los caballetes, para usarlos para una
verificación posterior.
Las zanjas se pueden cavar con pico o pala llegando a una profundidad de 60-80 cm, pero al finalizar la tarea, se le debe dar un repaso para que las paredes de la excavación queden perpendiculares al fondo, al que se lo debe dejar lo más plano posible y sin material suelto.
El cimiento consta de dos partes: La primera es una capa base de 200 kg de cemento por metro cúbico, y unos 7 cm de concreto, que se vuelca en el fondo y donde se apoya el entramado de estribos (espárragos de 6 mm de espesor) a los que se atan las barras de acero reforzadas mediante trozos de alambre. La segunda parte es un hormigón,de 300 kg de cemento por metro cúbico, que se apoya sobre el anterior y cubre los estribos sobrepasando unos 20 cm del nivel del suelo. Para ello tendrá que armar unos
moldes de madera (de unos 3 a 5 cm de espesor) donde se volcará el concreto lo suficientemente líquido para que se pueda trabajar bien pero sin que llegue a quedar demasiado licuado y escurra. El sobrecimiento es más angosto que el cimiento (20 cm).
Con un pisón se golpea la mezcla para que se distribuya completando el molde. Generalmente se dejan espárragos a la vista que quedarán en el interior del muro de tierra apisonada. El molde puede ser tratado unos días antes con una mezcal de aceite quemado y un poco de gas oil, y se debe mojar antes de verter el hormigón. Los moldes se pueden sacar al tercer día de hormigonar y durante una semana se moja la fundación para que no se cuartee.
Composición de la mezcla:
1 parte de cemento Pórtland
3 partes de arena
4 partes de piedra
agua
El concreto que va en el interior de los moldes lleva menos piedra para aumentar la proporción de cemento.
El dibujo de como clavar la lámina o chapa acanalada está mal. Se clava en las cumbres, no en los valles, para que el agua no entre por el agujero, y se pone una rondana de hule, plástico o metal para que la presión de la cabeza del clavo se reparta en un área mayor y para que ayude a sellar el agujero, algunas veces se impermeabiliza con chapopote
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